El autor, con una narrativa exquisita muestra el resultado de su búsqueda, en diferentes archivos de medios locales, a cerca de qué y cómo "decían" los medios en aquella época
Los Diarios en tiempos de (Carlos Alberto) Moreno.
por Jorge Arabito.
Cuando se inicia ese viaje en el tiempo que es recorrer diarios viejos, una atmósfera de extrañeza rodea al viajero. Cuando fue secuestrado el abogado Moreno la Argentina era infinitamente otra. Imposible pensar un tiempo sin celulares, Kiwis, internet, motomandados, o vídeos, pero se vivía. Y se moría. Al momento de su secuestro todos los días hay en los diarios pequeñas notas sobre gente desaparecida, o encontrada pero muerta.
En el viaje que va del 75 en adelante mucho es lo que cambia en el enfoque de los diarios de Olavarría acerca de la situación nacional. En abril de 1977 estaba sucediendo el caso Graiver y Papel Prensa. Y la SIP denunciaba que la UNESCO bajo directivas comunistas intentaba crear una cadena de agencias de noticias terroristas. Terminaba un verano de sirenas en el parque. En el 75 salían todos los días notas de extremistas presos con su fotos, a veces sonrientes. El google como omnipresente herramienta actual nos servirá para saber que les sucedió a los protagonistas de esa época. En muchos casos, quienes figuran como presos mas tarde figurarán como desaparecidos. A otros se los ubica fácilmente por FaceBook, y por un instante la realidad confirma la ciencia ficcion del Gran Hermano. Una pantalla nos permite acceder a datos que por esos años le serían difícil de conseguir a cualquier investigador periodístico o policial.
Los que antes eran detenidos, en 1977 eran abatidos mientras pintaban consignas en las paredes. “Pintaban leyendas extremistas, cuatro fueron abatidos” (27/1/77) o un simple título: “Cadaveres” que consigna que los cadaveres de dos jóvenes acribillados a balazos fueron encontrados en un baldío. Lo siniestro no son solo esas muertes, sino que esa información se naturalizara. En 1979 solamente habría opinión en los despachos de agencia. Preguntándose si se podía ser catolico y marxista al mismo tiempo. O si no había demasiadas universidades en el país. Universidades en las que sus ingresantes debian conseguir certificado de buena conducta para entrar y a las que se declaraba habían sido hasta hacia poco “focos de la guerrilla”.Y después, solamente silencio.
Llama la atención ahora que se culpara al terrorismo internacional por el choque en pista de dos aviones en Tenerife ocurrido por esa fecha, que continua siendo a hoy día el accidente aeronáutico con más víctimas, 570 muertos. Y lo hemos visto extensamente reconstruido en programas como “segundos catastróficos” del Discovery Channel. Pero tiene una explicación: el terrorismo, o mejor dicho "los terroristas" eran un cuco con el que se amenazaba a los honestos ciudadanos.
Por esos años también ocurrió como noticia lo que mas tarde en democracia fue película: Bussi, el gobernador de facto de de Tucuman no encontró mejor manera de resolver la situación sanitaria de su provincia que abandonar en un paraje de Catamarca a 25 alienados de un hospital. “Parias, mendigos, lisiados, ciegos y enajenados mentales han aparecido abandonados a su propia suerte a lo largo de la Ruta Nacional 67, bajo extremas condiciones de supervivencia que significan una bofetada a los mas elementales principios humanos y cristianos”. Notese que no dice “derechos humanos”. La “Siembra humana”, tal como la llamaron los diarios de la época.
No todo tiempo pasado fue mejor, por lo menos en cuanto a la escrirtura y la demarcación en secciones. Así se leían noticias inentendibles, como la del titulo que consigna a tres columnas: “Capturaron a un sanguinario sujeto y su compañera, una menor de 15 años por instigación de quien, había torturado y muerto al hombre que riño a su hermana”. O “Era el concubino de la mujer con quien estaba bebiendo el muerto, el autor de un homicidio cometido en villa Adelina”... También aparecían noticias dignas de la revista “Barcelona: “Fueron identificados en Florencio Varela dos depravados que violaron a una joven y la citaron para el día siguiente a fin de repetir el hecho”…
En este marco, el secuestro de Moreno es relatado al principio como un caso policial. No es un falcon verde el que se lo lleva, sino un auto descripto como naranja con chapa patente 017.333 por testigos, y el cronista de tribuna se preguntará por los abollones del auto encontrado después en un camino vecinal.
Los abogados que presentan un recurso de habeas corpus creen necesario aclarar que goza de irreprochable reputación en el medio tanto en su vida priovada como en su actuación profesional, destacándose que se ignora quienes le han llevado. No han sido fuerzas policiales pero han actuado con “asombrosa impunidad”.
Unos días mas tarde se lo informa muerto y entonces un comunicado del Comando Zona I difundido a traves de la agencia “Noticias Argentinas” lo caracteriza como “Activo militante del Grupo Marxista Subversivo “Montoneros”. Se consigna que había obtenido el título de abogado en La UNLP en 1975 y se había especializado en el terreno laboral llegando a ser asesor del sindicato AOMA Loma Negra. Solo se le reconocía relativa afinidad, años atrás, con militantes del partido justicialista. Pero en el texto del comunicado oficial dirá que: “...fuerzas legales lograron capturar al delincuente subversivo Carlos A. Moreno alias “Negro” o “Beto” perteneciente a la columna centro de la banda Marxista Montoneros.” agregando que “en oportunidad en que se efectuaba su traslado intento evadirse siendo abatido al resistirse”.
En cuanto a sus antecedentes el comunicado citado por la agencia diría: “El citado Moreno estaba involucrado en varios hechos subversivos, pudiéndose mencionar su participación en robos de explosivos que luego fueron empleados en Mar del Plata. Desarrollo una intensa acción en la fabricación de bombas y en el transporte de armamentos, al igual que en tareas de relevamiento de domicilios de personal militar y de las fuerzas de seguridad. Actualmente efectuaba funciones de infiltración y captación en el ámbito laboral.”
Mas tarde un diario local consignaría versiones acerca de las conexiones de Moreno con Manuel Vargas, desaparecido el nueve de mayo de ese año. Vargas trabajó durante 1974 en Cerro Negro donde su especilidad era hacer perforaciones, teniendo acceso a los depósitos de explosivos de las canteras. Los periodistas de la época, absolutamente prendidos del discurso oficial, hilaban que en esa ocasión ambos habrían robado algunos cartuchos de dinamita pues de eso se le acusaba a Moreno. Y ninguna noticia más.
Solamente eso. Avanzando en los diarios días, meses nada más aparece. Allanaron su casa y su compañera debió irse a vivir a La Plata. Los hijos crecieron y después la vida siguió con su furia.
Los diarios viejos tienen su lenguaje, su color, su olor, sus texturas crepitantes. Hablan con el discurso de otra época: Son la máquina del tiempo. Leyéndolos, se viaja al pasado por un instante. Para volver al presente solo hay que cerrar los inmensos libracos donde están encuadernados.
Con un fuerte golpe esa era de muerte queda encerrada como una flor negra entre las páginas.Afuera, hay calor, gritos, canciones, pancartas. Todos por Moreno. De las noticias de este tiempo que leamos en el futuro, no
necesitaremos avergonzarnos nuevamente.
Porque otra página de la historia de la región se está escribiendo por estos días en Tandil, donde se juzga a los civiles Julio y Emilio Méndez y a los militares Julio Alberto Tommasi, Roque Italo Pappalardo y José Luis Ojeda implicados en el secuestro, desaparición y asesinato del abogado laboralista Carlos Alberto Moreno por defender a los obreros de la Asociación de Obreros Mineros Argentinos de la empresa Loma Negra atacados por la silicosis.
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